Cuando  el rostro del pintor se convierte en  arte

AUTORRETRATOS, EL ALMA DE LOS PINTORES

El autorretrato se puso de moda en el Renacimiento y actualmente se reinventa así mismo en  redes sociales . A mi modo de ver es la obra de arte más íntima, donde el sentimiento, la historia, la biografía y la psicología guían la mano del artista, desnudo ante la interpretación de quien lo observa.

“El autorretrato es la obra de arte más íntima”

La mayoría de los artículos de arte que he leído afirman que el autorretrato siempre posee un trasfondo narcisista, una manera sutil de constatar la genialidad de su autor. Yo tengo que decir que cuando los observo me transmiten de todo menos vanidad, pero ya sé que las percepciones personales son subjetivas, selectivas y temporales.

En mi búsqueda por internet encuentro El desesperado, autorretrato realizado en 1845 por el pintor francés Gustave Courbet. Este óleo sobre lienzo de estilo realista me atrapa nada más verlo. Una camisa abullonada blanca sobre un fondo lóbrego ilumina un rostro donde todo es perfecto y bien marcado. Perilla y bigote, pómulos, líneas nasales y cejas, enmarcando una mirada oscura pero no por ello dura, más bien suplicante, dolorosa. Una mirada que parece mirarse a sí misma. Puedo sentir la tensión de Courbet en la musculatura de su cuello y en el movimiento de sus brazos, llevándose las manos a la cabeza en un gesto que me estremece. Con Gustave Courbet, el Romanticismo se rompió en mil pedazos dando paso a la realidad, tal cual es. Con sus luces y sombras. Y así imagino también su vida de artista enérgico y revolucionario, que murió alcoholizado, pobre y solo lejos del pueblo con el que se sublevó para intentar, crear un país mejor y más justo para su pueblo.

Vincent Van Gogh se autorretrató 35 veces, sólo siendo superado por Rembrandt, con 40, aunque éste tuvo una vida mucho más larga. Autorretrato con sombrero de fieltro gris, pintura postimpresionista de 1887, es mi favorito. Van Gogh se retrata rodeado de ese universo azul donde el color de su pelo resalta y se mezcla en pinceladas gruesas, libres y en distintas direcciones creando un todo definido y perfecto. Y creo que con ese fondo añil él quiso reflejar el aura de sensibilidad que le rodeaba y que pocos, como su hermano Theo, conseguían ver. En su retrato no encuentro demencia, sino afán perfeccionista, creatividad y belleza. Si Courbet fue en su época un célebre pintor que lideró a su pueblo en la Comuna de París, Van Gogh fue el loco de pelo rojo que se cortó la oreja y vendió un solo cuadro. Quizás por eso una tarde el holandés, en su tremenda soledad, decidió quitarse la vida en uno de esos campos donde probablemente fue un poco menos  infeliz pintando.

Sigo indagando en la red y encuentro Autorretrato con collar de espinas, óleo sobre lienzo de estilo surrealista realizado por Frida Khalo en 1940. Muestra un rostro andrógino en primer plano. En él contrastan el pelo femeninamente recogido, con las cejas bien pobladas, y la sombra oscura del bello sobre las líneas de sus labios. Se acompaña con un collar de espinas adornado con un colibrí muerto y un mono y un gato negros sobre sus hombros. Tras ella lo vivo: plantas, flores, mariposas y libélulas. Me gusta Frida porque no se oculta. Su rostro no era bello pero con sus pinturas lo volvió inconfundible. Me gusta ese cosmos único que hay en sus pinturas, donde se mezclan lo absurdo, lo hermoso y lo terrorífico. Creo que pintar le hizo soportar le enfermedad, el desamor y la soledad. De su debilidad hizo fortaleza y convirtió su dolor tanto físico como humano en Arte. Y eso la hace extraordinaria.

También me resulta extraordinaria esta mujer rubia de ojos claros agarrada a un volante que me mira desafiante. Se trata del Autorretrato en un Bugatti verde, de Tamara Lempicka (1929) de estilo Art Decó. Al contrario que Frida Kahlo, Lempicka pudo disfrutar plenamente de la vida, o al menos, es lo que me transmite su obra. Esta atractiva polaca se muestra en el mundo al que pertenece y en el que quiere vivir. Aristocrático, lujoso, elegante y despreocupado. Cuando Tamara Lempicka toma el volante del Bugatti verde, conduce la vida de la mujer segura, moderna y sin complejos. Emancipada de una época que todavía no se acostumbra a la igualdad femenina. Que se anticipa con la velocidad suficiente para llegar a todos los destinos que se marque y que nadie más que ella decidirá. El autorretrato de Tamara Lempicka me muestra el alma más libre de la mujer. Aquella que quiere y además puede disfrutar del placer de vivir. Y a ese viaje, ¿ no te apuntarías?

PARA LEER MÁS: 

Autorretratos, el pintor y su imagen (Publicación de la revista Descubrir el Arte) https://www.descubrirelarte.es/2015/03/04/autorretratos-el-pintor-y-su-imagen.html

El desesperado. Un autorretrato de  Courbet (Hª Arte, Enciclopedia online de Bellas Artes)

https://historia-arte.com/obras/el-desesperado-autorretrato-de-courbet

¡Cuán distintos son!": lo que revelan los autorretratos de Van Gogh sobre su vida y su obra

https://www.bbc.com/mundo/noticias-61338028 

La torturada vida de Frida Kahlo (La Vanguardia)

https://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20140713/54410830264/frida-kahlo-pintora-pintura-mexico-mujeres-muerte-siglo-xx.ht)

Tamara de Lempicka, cuando el feminismo condujo un Bugatti verde

https://www.infolibre.es/videolibre/la-galeria/tamara-lempicka-feminismo-condujo-bugatti-verde_1_1193621.html